Existe un sentimiento de añoranza muy saludable en las parejas, la experiencia de echarse de menos. Esta vivencia no solo puede experimentarse en un amor a distancia sino también, en historias vividas en la misma ciudad. No solo los kilómetros hacen que dos personas se echen de menos, también la falta de tiempo para compartir en común. Así ocurre cuando uno de los dos tiene un impedimento para estar presente en un momento especial de la vida del otro. Echar de menos a tu pareja es un síntoma de amor, una demostración afectiva de cuánto significa esa persona tan especial para ti en tu vida.
Sanos beneficios de la nostalgia
Ese sentimiento de añoranza que late en un instante de nostalgia te ayuda a darte cuenta de un modo real de cómo, tu pareja aporta muchas cosas buenas a tu vida. Sin duda, la perspectiva en un momento de nostalgia es totalmente distinta a la de una discusión cuando existe una mayor predisposición a poner el foco de atención en las manías y defectos de la pareja. Por el contrario, desde la nostalgia, se añoran las virtudes.
Si echas de menos a tu pareja es un síntoma positivo de que eres una persona autónoma, con tu propio espacio de desarrollo. El placer del reencuentro es la consecuencia directa de la ausencia, el deseo de volver a estar juntos para compartir detalles y conversaciones.
El sentimiento dulce de añoranza
La añoranza es una sensación dulce cuando se está en pareja porque contrasta con el sentimiento de amargura que sufre quien vive un desamor y echa de menos a su enamorado por no tener un reencuentro próximo. Este echar de menos es un estímulo de romanticismo porque es en esos momentos de distancia cuando surgen evocaciones de amor. Es decir, cuando cualquier detalle te recuerda a tu pareja.
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