Tres ventajas de tener amigos que viven lejos

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La experiencia de la amistad es distinta cuando puedes quedar con un amigo en cualquier momento porque vive en tu misma ciudad, que cuando necesitas recorrer horas de distancia para organizar un plan. Sin embargo, esos amigos que están lejos te aportan emociones como la añoranza positiva, es decir, el anhelo de los momentos felices compartidos en común y la motivación para programar algún nuevo encuentro próximo.

Tiempo de calidad

Este tipo de relación es un ejemplo de cómo es más importante la calidad del tiempo que la cantidad. Los encuentros que disfrutas con tus amigos los vives con gratitud, intensidad y alegría. Y las emociones hacen que estos recuerdos queden más fijos en tu memoria. Por el contrario, en una amistad con momentos más cotidianos en donde hay más espacio para la rutina, también hay monotonía. En los reencuentros con un amigo que vive lejos, por el contrario, hasta el plan más sencillo resulta más extraordinario.

Programar viajes

Si te gusta viajar, tener un amigo que vive lejos es una buena excusa para motivarte a organizar una escapada y visitarle o, por el contrario, programar un viaje de amigos durante el verano a un destino de playa. Los viajes permiten una mayor convivencia, por esta razón, también son una buena fórmula para recuperar el tiempo perdido.

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Están cerca

Esto es lo verdaderamente determinante. Aunque parezca una contradicción, es cierto. Tus mejores amigos están cerca de ti aunque estén lejos. Porque cada vez que vuelves a verles no tienes que construir nuevamente la confianza desde cero sino que la base de ese lazo es sólida. Y porque sabes que si necesitas ayuda solo tienes que coger el teléfono para poder hablar y desahogarte. Están presentes en tu vida, forman parte de tu historia. El lugar es lo de menos cuando los caminos del corazón se cruzan.

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