Una ruptura de pareja puede fluir de un modo más constructivo si te enfocas en la perspectiva de la felicidad. ¿Por qué convertir el adiós en un drama? Puedes vivir de un modo más amable este momento si conectas con la sintonía de la alegría. No solo es posible ser feliz después de la ruptura, sino que además, conviene serlo. Una felicidad que no es incompatible con la tristeza del momento pero que se resume en la convicción de saber que esto es lo mejor que te podía pasar. Si una relación no funciona, por cualquier motivo, el adiós es la mejor elección. ¿Cuáles son las tres razones para ser feliz después de la ruptura?
Inicio de una nueva etapa
Con toda la emoción que ello supone, con la perspectiva de todo aquello que está por llegar, el inicio de nuevos proyectos, la adquisición de nuevas rutinas… Has cerrado una etapa e inicias una nueva. Y esta es una experiencia muy apetecible.
Mejor separados que juntos
No es suficiente con estar enamorado, hace falta algo más para que una relación sea verdaderamente feliz. Por esta razón, conviene no prolongar hasta el infinito relaciones que solo se aferran al mensaje: “Le quiero mucho”. Cuando más allá del sentimiento, la insatisfacción, la soledad, las discusiones y el balance negativo de la historia pesan más que lo positivo, entonces, conviene pasar página.
Estás vivo
Valora con más frecuencia este hecho. En medio del dramatismo que a veces acompaña al desamor por la actitud de quien se posiciona en este rol victimista, es posible olvidar algo tan importante como que la vida continúa. Si estás viviendo un desamor, recuerda que estás pasando por esto, sencillamente, porque estás vivo. Y esto ya es una buena noticia. Sin duda, es algo positivo dejar de permanecer en una relación sin futuro. Dejar de estar en ese punto de insatisfacción y tristeza.
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