Existen muchas formas de ruptura. Algunas pueden llegar a ser más traumáticas que otras. El ghosting refleja esa inercia posible en era tecnológica en la que una persona decide mostrar su decisión de romper cortando todo vínculo telefónico con su pareja. De pronto, un día, deja de dar señales de vida, deja de responder los mensajes románticos, mientras que al otro lado del teléfono, queda una persona vulnerable que se hace mil preguntas de aquello que pudo pasar.
De hecho, lo más frecuente en este tipo de situación es pensar, en un primer momento, que algo le ha ocurrido a la otra persona. Es el paso de los días y las semanas las que muestran aquello que termina siendo evidente: el desinterés absoluto a nivel sentimental por parte de quien no se ha tomado ni la molestia de mirar a los ojos de la otra persona para dejar las cosas claras.
Cómo actuar en una situación así
Si estás pasando por una situación de este tipo, intenta no quedar enredado psicológicamente en cómo han sido las circunstancias de la ruptura, lo más importante es que te centres en lo objetivo: el adiós. Esa persona no forma parte de tu vida. El modo en el que se ha comportado contigo debe ayudarte a no idealizarle, debe hacerte entender que una persona que se porta de este modo no merece la pena como pareja. Es alguien que no ha estado a la altura de tus expectativas por razones objetivas, le ha faltado sensibilidad y empatía para decir adiós.
Lo mejor que te puede pasar
Por tanto, si ha mostrado estas carencias de comunicación en esta fase de la historia, imagina qué carencias hubiese mostrado en el futuro. Así que, simplemente, recuerda que mereces a alguien mejor en términos de actitud. Y es muy posible que antes de lo que crees llegues a la conclusión de que esto es lo mejor que te ha podido pasar. Repite este mensaje como un mantra de autoayuda.