El enamoramiento es la primera etapa del amor, sin embargo, no es amor en sí mismo puesto que cuando alguien se enamora no conoce todavía de verdad a la otra persona. Por tanto, no tienen sentido las promesas de futuro en esta etapa de la relación. Promesas que, por el contrario, afianzan una relación de pareja feliz cuando ya existe un compromiso estable. Una de las diferencias más visibles entre estar enamorados o tener una relación estable es el grado de implicación que los protagonistas tienen en dicha historia.
Fases distintas de la relación
Por otra parte, cuando una pareja tiene una relación estable también basa su vínculo en un conocimiento mucho más real y profundo de la otra persona. Cada uno conoce mejor cuáles son las virtudes y manías del otro. Algo que no se produce en el enamoramiento inicial como consecuencia de la visión idealizada que cada enamorado tiene de su pareja.
En la etapa inicial del noviazgo el vínculo se está formando, por el contrario, en la fase del amor correspondido ya se ha consolidado. El tipo de conflictos que se producen en cada etapa de la relación también son distintos. Además, el amor correspondido implica reciprocidad que es la esencia del noviazgo o el matrimonio, sin embargo, una persona puede estar enamorada sin ser correspondida. E incluso, también puede sentir amor platónico hacia alguien que no conoce en realidad.
Matices distintos del amor
En la etapa del enamoramiento existe una mayor incertidumbre de futuro respecto de hacia dónde puede derivar esta historia que cuando una persona vive un amor correspondido en el que ya existe un camino recorrido en común que es la base del conocimiento mutuo. Además, ese camino recorrido en común también ofrece información sobre el grado de compatibilidad real y no idealizado en la pareja.