Una pareja es una relación de dos personas. Como indica el propio término relación, significa que existe un vínculo afectivo que es necesario cultivar y mantener. En el momento en que dejas de hacerlo, entonces, la pareja también muere. Se deshace la magia, se marcha el romanticismo y se van las ganas de compartir el presente con la otra persona. Es curioso cómo algunas personas sólo valoran a ese ser especial que tienen al lado cuando ya han perdido todo su amor y llega la indiferencia.
Utilizamos cientos de palabras a lo largo del día. Tantas que cada día nos resulta imposible memorizarlas. Pero merece la pena hacer un esfuerzo por economizar la cantidad de términos utilizados para pensar más en el significado de las palabras y en la finalidad con la que las utilizamos. No por hablar más, el otro nos va a entender mejor.
Muchas veces sucede lo contrario, a base de tanto hablar podemos llegar a aburrirle con exigencias y a veces también, con vanidad. El primer error de algunas personas es que viven pensando que existe un único modo de hacer las cosas, por ello, siempre corrigen al otro. En un afán de perfeccionismo absoluto y desmedido porque la vida es algo muy diferente a un cuento de hadas.
En una situación de conflicto con tu pareja, por ejemplo, es mejor que dejes que pase el tiempo hasta que te calmes y desaparezca el sentimiento de ira. Una vez que estés tranquilo podrás expresar con objetividad cómo te sientes. De forma contradictoria, aunque utilizamos muchas palabras a lo largo del día para expresarnos, por el contrario, cuando queremos decir algo verdaderamente importante descubrimos que basta con decir “lo siento” o mensajes breves y directos. No por hablar más, se nos entiende mejor. ¿Qué opinas sobre esta cuestión?