La seducción es todo un arte que no es innato, es decir, puede entrenarse y ponerse en práctica. De hecho, a raíz de la experiencia, cualquier persona se siente más segura en las relaciones sociales, en el amor y en la amistad, en la etapa adulta que en la adolescencia donde se otorga un valor desmedido al poder del grupo y donde todo se vive con tanta intensidad. Por ello, en esa etapa, el rechazo se convierte en un drama emocional.
Por el contrario, cualquier persona en su etapa adulta sabe que sobrevivirá a una decepción, por dura que sea. No hay nada como tomar las cosas con sentido del humor. Pues bien, en esta línea, el humor es uno de los elementos que más atraen. Por ello, existen personas que convierten la risa en su mejor arma de seducción para ligar.
Existen otras técnicas de seducción más vinculadas con la belleza estética que también tienen un alto poder en un primer momento y en su fase inicial. Aunque existen personas que son muy guapas, todo el mundo, tiene su encanto. Es decir, algún rasgo más llamativo: una sonrisa bonita, una boca perfecta, unos ojos de impacto… Por ello, cada uno puede resaltar esos rasgos que le ayudarán también, a tener más seguridad y un buen nivel de autoestima.
A la hora de ligar, es positivo mirar con seguridad a los ojos de la otra persona. De una forma intermitente y no fija, de lo contrario, podría causar un efecto intimidatorio. La palabra también es un arma muy potente para seducir. Así lo muestran también, las campañas de marketing que pretenden captar la atención de nuevos clientes. A través del oído, es posible llegar a un ser humano, llenarle de belleza y de palabras que le envuelven en sensaciones agradables. Por ejemplo, los piropos son una forma universal de conquista.