La verdadera felicidad se alcanza a través de la autonomía y de la independencia a nivel emocional. Por esta razón, tanto estés en pareja como soltero debes evitar la dependencia, los chantajes en los sentimientos, y la manipulación. Además, el hecho de estar en pareja no significa, ni mucho menos, que debas renunciar a tu espacio de libertad y a tus sueños. Aunque algunos de tus sueños ni siquiera gusten a la persona que comparte su vida contigo.
Se empieza a ganar independencia en las decisiones más pequeñas. Por ello, empieza por ahí, en las pequeñas elecciones del día a día para ir ganando confianza y seguridad en ti mismo. Pero además, no tengas miedo de ser feliz ni de vivir siendo coherente contigo mismo y sin esperar la aprobación de los demás. Si ese refuerzo externo llega, mejor pero no es necesario ni indispensable para vivir.
La autonomía se muestra a la hora de realizar planes en solitario, saber que puedes viajar y recorrer el mundo sin la compañía de nadie más, ir al cine, salir a comer a un restaurante, trabajar para ser autónomo y hacer frente a los gastos. La verdad, es que resulta positivo que en el camino hacia la madurez una persona sea cada vez más autónoma, más capaz de afrontar nuevos retos y de poder vivir en plenitud.
La autonomía y la independencia son términos que van de la mano. Al igual que sucede en el caso de la esclavitud y de la opresión que también se dan en nuestro mundo desarrollado. Por ejemplo, los problemas de maltrato derivan en una esclavitud en el amor que debe romperse como si fuese una cadena de hierro. Cuanto más libre seas mejor estarás en caso de estar soltero pero también en caso de tener una pareja estable.