¿Por qué nos empeñamos en saber por qué nos quieren? Muchas de las ocasiones, las respuestas a esta pregunta nos pueden desencantar. Nos quieren por nuestro cabello, los queremos por su sonrisa, te quiero porque eres alto, te quiero porque cocinas bien, etc. Estas extrañas explicaciones pueden tener lógica cuando queremos a una persona no por un simple físico sino por el conjunto total de virtudes y defectos.
Pero hasta en las parejas más cimentadas existe siempre (porque la inseguridad individual siempre está presente), ese empeño de conocer el motivo por el que están juntos ¿por qué te has casado conmigo? ¿por qué me quieres? Tanta pregunta y tanta respuesta no llevan a ninguna parte, y a la larga pueden dar lugar a sentirse frustrados. Esto suele sucederle bastante a las chicas, que suelen buscar un príncipe azul que nunca llega.
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