El amor siempre es una escuela de aprendizaje de la vida. Pero las circunstancias en las que se desarrolla una relación de pareja también aportan una enseñanza concreta. Muchas personas pasan un tiempo de su relación distanciadas por kilómetros. ¿Qué tres lecciones descubren aquellas personas que a pesar de estar alejadas físicamente están realmente enamoradas?
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Mantener la chispa en una relación a distancia
Mantienes desde hace ya algún tiempo una relación a distancia. La razón y las circunstancias pueden variar, pero el resultado final es que tú estás en una zona y tu pareja en otra. Debes ser dura en los momentos de bajón y recordar que esta situación es algo temporal y debes llevarlo lo mejor que puedas. Mantener una relación en la distancio no debe ser algo demasiado complicado si ambas personas ponen de su parte. Eso sí, hay que mantener la “chispa” constantemente.
Algo que podéis hacer es olvidaros de las nuevas tecnologías y preservar el arte perdido de escribir cartas. La capacidad del correo tradicional para llevar una sonrisa al rostro de las parejas es algo impresionante. Tomaros vuestro tiempo a la hora de escribir. Si quieres copiar una parte de una canción que signifique algo para los dos, no te arrepentirás.
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Sobrevivir a la distancia
El amor siempre se surge con alguien que tienes a tu lado y que poco a poco vas conociendo pero ¿qué sucede si esa persona se tiene que marchar muy lejos? Los amores a distancia, no son un juego de niños. La primera reacción que suelen tener las personas que saben que su amor tiene que irse a otro lugar, no es nada buena. Pero si te paras a pensar, te darás cuenta de que este tipo de relaciones no son una hazaña imposible.
Por supuesto, vuestra relación necesitará más y compromiso. Ambos necesitáis saber que aunque vuestra pareja no está cerca, tenéis todo su apoyo. Los dos tendréis que saber que os amáis de manera intensa. Una vez resuelta esta duda, el resto es relativamente fácil. ¿Cómo deberéis evitar los problemas? Muy sencillo: centraros en lo que sentís el uno por el otro y olvidaros de las peleas de poca monta o confrontaciones innecesarias.
La tolerancia deberá convertirse en una de vuestras compañeras de viaje. Además, la honestidad deberá ser uno de vuestros puntos fuertes. No debéis caer en la ambigüedad que, necesariamente, dará lugar a la inseguridad. Intentad mantener a raya a la inseguridad ya que se puede convertir en uno de vuestros principales enemigos. Mantener el calor de vuestra relación siempre al máximo, será muy importante.
Intenta enviar una carta escrita antes que un email. Acciones como estas, harán sentirse a tu pareja mucho más importante. No te olvides de mantener una comunicación constante pero sin agobiar. Las sorpresas cogerán las riendas de la relación. Cada sorpresa que os deis (viaje inesperados, regalos…) os permitirán vivir momentos inolvidables.
Las relaciones a distancia pueden funcionar
Vivimos en un planeta cada vez más globalizado, lo que supone que sea más que habitual trasladar a un empleado a una sucursal o sede de la empresa en otra ciudad o país. Lo mismo ocurre con los estudiantes que, sedientos de conocer mundo y aprovechando las facilidades que se les ofrece, pasan un curso en otro instituto, otra Universidad u otra escuela.
Por todo ello, en los tiempos que corren son muchas las parejas que sufren esta experiencia. Pero el efecto no es siempre negativo para la relación. Aunque no vamos a negar que un buen número de hombres y mujeres es incapaz de soportar la separación física de su cónyuge o novio, también hay que reflexionar para encontrar la manera de sobrellevarlo.
Si nos ponemos en el papel del que tiene que abandonar su residencia, lo primero que debemos hacer, es hablar con la pareja antes de tomar una decisión, sobre todo si convivimos con ella. En esa conversación previa deben quedar claros puntos tales como las razones del traslado y valorar las ventajas y los inconvenientes de la separación. Pero sobre todo ambas partes deben estar de acuerdo en que uno de ellos abandone su hogar, porque de lo contrario, se provocará un problema que podría haberse solucionado a tiempo.
Una vez que se haya dado el paso, y tanto si somos el que se va como si somos el que se queda, debemos intentar adaptar nuestra vida a la ausencia del otro sin que ello se convierta en un infierno. Para eso, debemos centrarnos en nuestras actividades cotidianas y no abandonar nuestros hobbies, pero sin olvidar que debemos cuidar nuestra relación, lo cual sólo puede hacerse manteniendo el contacto diario, que gracias a las nuevas tecnologías es muy sencillo: móviles, videoconferencias, chats, redes sociales…
Pero todos sabemos que ni siquiera internet puede sustituir a un abrazo, una cena o una simple conversación con la persona a la que queremos, por lo que es muy importante que los encuentros sean lo más habituales que el tiempo y el dinero os permita. Además, a pesar de sus múltiples desventajas, las relaciones a distancia tienen un claro punto a su favor, y es que cada vez que la pareja se reúne, se viven momentos intensos, inolvidables y exentos de absurdas discusiones, inevitables en la vida diaria.