Cualquier persona que rompe con su pareja, más allá de las circunstancias en las que se haya producido esa ruptura sentimental, necesita hacer un proceso de duelo, tomarse un tiempo para recomponer las heridas del corazón y ser feliz de verdad. Este proceso de duelo es temporal, tiene principio y final. Sin embargo, en ocasiones, puede prolongarse más de lo necesario en el tiempo. Así ocurre en el caso de aquellas personas que se quedan estancadas en lo que pudo ser y no fue y no avanzan en su presente al seguir tan centradas en su pasado.
Tiempo para sanar las heridas
El duelo patológico produce tristeza, frustración y una inmensa nostalgia en aquel que ha idealizado el pasado.
El desamor no es una enfermedad, sin embargo, sí conviene puntualizar que cuando una ruptura de pareja se convierte en un lastre emocional a largo plazo para quien sigue sufriendo con intensidad a pesar del paso del tiempo, es muy positivo pedir ayuda profesional para hacer una terapia o buscar medios de apoyo, como por ejemplo, participar en un taller sobre crecimiento personal.
No existe un tiempo exacto de recuperación tras una ruptura ya que este tiempo depende de cómo ha sido la historia, de la duración del noviazgo y de las circunstancias en las que se ha producido la ruptura. Sin embargo, cuando el paso del tiempo no se convierte en olvido sino en un constante recuerdo, puede que se esté tocando el límite del duelo patológico.
Uno de los signos que experimenta aquel que se encuentra en esta situación es que no avanza como le gustaría. Siente que existe una fuerza que le impulsa al pasado y retrocede con frecuencia a nivel emocional.
Seguir hacia adelante
Quienes viven una situación así, deben recordar que nadie es tan importante como para paralizar la propia vida y quedar a la espera de tener un final feliz junto a ese alguien especial que debe de quedar en el pasado para poder avanzar.