El desamor extremo es semejante a una enfermedad


El desamor tiene diferentes grados pero vivido en su forma más intensa produce tal desgarro en el corazón que sus síntomas son similares a los de una enfermedad en donde el tiempo, el descanso y el reposo es de vital imoprtancia en el proceso de recuperación. ¿Qué rasgos definen el desamor extremo?

Falta de ilusión por las cosas

Una persona que tiene un desamor profundo no tiene ganas de hacer nada porque ese desamor le absorbe la energía completamente y le deja sin fuerzas para llevar una vida normal y positiva.

Además, el deseo irrefrenable de llorar también dificulta el día a día de quien se emociona con cualquier detalle. El desamor genera un gran cansancio, por esta razón, la persona suele tener ganas de dormir más tiempo, estar en el sofá, reducir al mínimo los planes sociales…

La dificultad añadida que produce el desamor es que el entorno más cercano no siempre suele comprender cómo se siente el afectado. Es un error relativizar el dolor ajeno y pensar que no es para tanto. Las heridas son subjetivas y están causadas por la interpretación que alguien tiene de los hechos.

Cómo se cura la enfermedad del desamor

¿Cómo se cura la enfermedad del desamor? Viviendo, es decir, continuando con las labores propias del día a día. No existe un tiempo establecido que marque un ritmo de recuperación puesto que cada persona es diferente. Pero en el momento más inesperado, alguien que sufre por amor comienza a sentirse mejor consigo mismo.

La enfermedad del desamor se cura con una buena alimentación, una vida sana, pensamiento positivo, ocio divertido y con confianza en uno mismo y en el futuro. Evita decirte a ti mismo frases del tipo: «Siempre voy a estar solo». No seas tu enemigo sino tu amigo.

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