Muchas personas sienten que se han equivocado al romper una relación porque después de cortar, echan de menos a su ex, sin darse cuenta de que es totalmente natural sentir añoranza cuando surge un cambio. Por mala que haya sido una relación, casi siempre existen virtudes en la otra persona que se tienen en cuenta una vez que se produce la distancia entre ambos. Este sentimiento de añoranza forma parte del periodo de duelo de una relación en donde muchas veces, surge la contradicción de sentimientos y la pena por lo que pudo ser y no fue. La mejor forma de vivir este duelo es convivir con esa sensación de añoranza, sin aprovechar dicho sentimiento para retomar nuevamente el contacto con la otra persona.
Si pasados los meses, la añoranza es muy intensa y sigue muy viva, entonces, probablemente, la persona sigue enamorada. Sin embargo, lo habitual es que con el paso de los meses, y la adaptación a la nueva rutina, la sensación de echarle de menos sea cada vez más leve y más llevadera. Simplemente, porque disfrutas de tu nueva vida y estás contento con la decisión que has tomado.
El sentimiento de añoranza está asociado con la nostalgia y también, con la tristeza de la pérdida y de la ausencia. Es verdad que a veces, las personas se dan cuenta de lo que tienen una vez que lo han perdido, pero en otros momentos, echar de menos a alguien no es más que un eco de la soledad presente, porque existen personas que no soportan no tener a alguien al lado. En este tipo de situaciones, conviene recordar el dicho de más vale solo que mal acompañado. Al menos, más vale solo que tener una relación que no es cien por cien gratificante a nivel emocional porque falla algo.