Es una suerte tener a personas alrededor que se preocupan por ti y que te hacen la vida bonita, fácil y gratificante. Sin embargo, vivir a merced de aquello que hagan los demás, también tiene consecuencias negativas. Por ejemplo, aquel que vive desde la pasividad se acomoda o no hace todo lo que debería por sí mismo. Cuida de ti cada día, descubre el poder que hay en tu interior para poder alcanzar el equilibrio interno, superar los miedos, tener más estabilidad emocional y pensamiento positivo.
Ojalá siempre tuviéramos garantizado que habrá alguien cerca de nosotros para cuidarnos: ya sea un familiar, la pareja o un amigo. Sin embargo, las circunstancias de la vida son tan imprevisibles que la soledad, también puede ser una compañera de viaje de una forma temporal. O mejor dicho, puede que incluso seamos nosotros quienes tengamos que asumir grandes responsabilidades a la hora de cuidar a los demás. Así sucede, por ejemplo, al cuidar a un familiar enfermo en el hospital. También asumen obligaciones aquellos abuelos que ejercen de canguros con los nietos cuando salen del colegio.
Cuida de ti para poder cuidar mejor de los demás, ser más amable, tener más que ofrecer a aquellos que te rodean… Pero a la vez, cuida de ti para poder disfrutar más y mejor el presente. Cuidar de uno mismo también implica poder pedir ayuda en un momento de debilidad cuando las cosas no van bien. La comunicación adecuada no implica que alguien pueda leerte el pensamiento sino que tú mismo tengas la capacidad de expresar y de exteriorizar cómo te sientes.
Tienes que cuidar de ti no sólo a nivel emocional sino también, a nivel físico. Es decir, aliméntate bien, descansa cada día, haz cosas que te gusten, realiza ejercicio físico, cultiva tu mente y tu intelecto…