La infidelidad es uno de los principales puntos de conflicto en la pareja. Crea una barrera en la confianza. Es posible perdonar una infidelidad, sin embargo, no es una obligación hacerlo. Se trata de una decisión libre que cada quien, debe tomar de una forma responsable. ¿Pero cuándo es mejor no perdonar una infidelidad?
Cuando se ha repetido en muchas ocasiones
Cuando tu pareja te ha decepcionado en distintos momentos, cuando has descubierto sus deslices y en la mayoría de las ocasiones, no han sido confesados por iniciativa propia sino que fuiste tú quien descubrió el engaño y fue entonces cuando, al sentirse delatado, te prometió el mundo.
Cuando el amor no es suficiente
Algunas personas sufren después de una infidelidad porque viven la contradicción de querer a su pareja pero tienen claro que este hecho no encaja en su modelo de relación. Si quieres a tu pareja, sin embargo, hace tiempo que no eres feliz y el peso de la infidelidad va a ser una barrera constante entre vosotros, tal vez haya llegado el momento de decir adiós. Especialmente, si algunas actitudes de tu pareja han dañado tu autoestima.
Si sientes que tu pareja te pide perdón sin sentirlo de verdad o sin hacerse cargo realmente de cómo te ha hecho sentir, sin embargo, aspira a hacer borrón y cuenta nueva casi como por arte de magia, tómate tu tiempo para pensar.
Cuando la infidelidad es la gota que colma el vaso
Si la infidelidad es ese elemento que ha desencadenado una suma de motivos de insatisfacción personal respecto de tu relación, asume este hecho pensando en tu bienestar y tomar la decisión de romper. Si a pesar de que tu pareja te suplica una nueva oportunidad, tú tienes claro que no quieres seguir luchando por ese amor que percibes más como una limitación que como un horizonte de felicidad, actúa en consecuencia.