Es verdad que una pareja que se casa tiene la posibilidad de separarse si la relación no funciona. Sin embargo, dar el sí quiero teniendo este pensamiento en mente no es un buen síntoma de confianza en esa historia de amor. La decisión de una boda es una de las que mayor impacto tiene en la biografía personal. Es una decisión que tiene consecuencias de futuro, por tanto, es conveniente que te tomes este paso lo suficientemente en serio como para estar totalmente seguro de lo que quieres. Existen algunas preguntas que pueden ayudarte a aclarar tus sentimientos.
¿Le admiras tanto como compartir tu vida a su lado?
¿Qué es lo que admiras de tu pareja y por qué? Sería muy positivo que admires cualidades que hacen de esa persona un ser único. Por ejemplo, su modo de ser, sus valores como persona y su carácter. También puedes reflexionar sobre qué virtudes te parecen un punto de apoyo en vuestra relación: ¿Es una persona respetuosa, amable y tolerante contigo? ¿Tiene paciencia o, por el contrario, pierde las formas en las discusiones?
¿Te conoce mejor que nadie?
Es cierto que si vas a casarte con tu pareja es muy positivo que reflexiones sobre si le conoces de verdad. Pero no debes perder de vista si él/ella te conoce a ti mejor que nadie. Si tienes la sensación de que tu pareja no te escucha o no recuerda muchos de los detalles importantes que le has contado de ti, reflexiona.
¿Cómo vais a gestionar vuestra economía?
Antes de casaros también podeis hablar de números para aclarar cómo vais a gestionar vuestra economía después de la boda y también, cómo vais a costear el enlace.
¿Por qué razones quieres casarte?
Algunas personas organizan una boda porque este es el deseo de unos padres tradicionales. Sin embargo, tu boda es tuya. Por tanto, si vas a dar el sí quiero, es muy importante que des el paso por unas razones más profundas. Motivos que tengan que ver contigo, con tu pareja y con la verdad más profunda de vuestros corazones.