La visión que cada ser humano tiene de la soledad es una experiencia totalmente única. Sin embargo, aprender a pasar más tiempo a solas es un proceso que, en ocasiones, llega impulsado por las propias circunstancias. Así ocurre cuando un giro del destino produce esta consecuencia. ¿Cómo superar la soledad cuando llega de manera inesperada?
1. Proceso de duelo
En ese caso, la soledad está acompañada por la pérdida de una compañía significativa. Así ocurre, por ejemplo, tras un divorcio. Una ruptura no siempre se basa en una decisión tomada de mutuo acuerdo. Una de las partes, aquella que sigue enamorada, afronta este nuevo capítulo con la visión de un gran desafío. El proceso de duelo es necesario y terapéutico a nivel emocional. Por tanto, concédete el tiempo necesario para asimilar tantos cambios.
2. Puntos de apoyo
Existen personas que se convierten en un anclaje para quienes se encuentran en esta circunstancia. Nuevas compañías que aportan esperanza, conversación y nuevos comienzos a este contexto vital. Conviene tomar la iniciativa de buscar este apoyo. Es decir, habla con alguien cercano sobre cómo te sientes y explícale cómo puede ayudarte.
3. Observa el ejemplo de quienes afrontaron la soledad
El proceso de otra persona no será el tuyo. Y, sin embargo, el testimonio de aquellos que, previamente, vivieron este escenario, te muestra un espejo en el que observar tu propio potencial. Dispones de recursos internos para incrementar tu resiliencia en este contexto. Quizá haya llegado el momento de poner en práctica otras habilidades que no eran tan esenciales para ti en una situación anterior.
4. Recuerda el mensaje del poeta: se hace camino al andar
Quizá surjan muchas preguntas en relación con el futuro, cuestiones que ocupan un lugar importante en tu corazón. Sin embargo, recuerda que este camino personal se recorre poco a poco. No vivas la soledad desde la urgencia y la anticipación. Recuerda las palabras de Antonio Machado: «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar».