Necesitamos la rutina, pero también deseamos romperla de vez en cuando. Al estar en casa la mayor parte del tiempo, esta sensación de rutina se potencia. ¿Cómo producir el efecto de la novedad durante el periodo de aislamiento?
1. Diferenciar el fin de semana
Al igual que ocurre en el tiempo habitual es posible establecer esta diferenciación del sábado y el domingo respecto a las jornadas que transcurren de lunes a viernes. Incluso estando en casa es recomendable observar alguna diferenciación en esta recta final para concretar un plan especial.
2. Conversaciones por teléfono
El ser humano es social por naturaleza y el aislamiento también afecta a las relaciones personales que no desaparecen sino que se transforman. Además de mantener conversaciones diarias con distintas personas, este puede ser un buen momento para llamar a alguien con quien hace semanas deseabas hablar pero, por algún motivo, ese instante se ha pospuesto hasta hoy.
3. Cultura
La tecnología ofrece múltiples posibilidades de planes culturales para vivir desde casa: visitas a museos, sesiones de cine, teatro, realización de cursos de idioma, música… Además, muchas personas también comparten iniciativas propias a través de sus redes sociales. Estas fuentes de información son esenciales para añadir el estímulo de la novedad a la rutina.
No solo surgen iniciativas culturales, sino también, deportivas para hacer ejercicio en casa. Y muchos profesionales de la psicología ofrecen servicio de atención online para quienes necesitan hablar sobre cómo se sienten en este momento de incertidumbre.
4. Beneficios del aburrimiento
No se trata de caer en la ocupación constante para evitar el aburrimiento ya que esta experiencia también se convierte en un estímulo de motivación para plantear posibles alternativas a la rutina habitual. Propuestas sencillas para llevar a cabo en casa, por ejemplo, cocinar nuevas recetas.
Este momento de rutina también te ofrece la oportunidad de redescubrirte a ti mismo y a quienes están contigo.