El verano es una de las épocas del año en las que más rupturas de pareja se producen puesto que la convivencia intensa produce más roces y posibles discusiones. Muchas insatisfacciones que han permanecido adormedidas a lo largo del curso se convierten en punto de conflicto durante los meses de julio y agosto. ¿Cómo puedes evitar que el verano derive en ruptura?
Un viaje con amigos
Tener pareja no significa tener que renunciar a un viaje con amigos. Si tienes amigos que viven lejos de tu ciudad, un viaje de verano es una buena oportunidad para mantener el contacto. Pero además, en la medida en que alimentas las distintas facetas de tu vida, también tienes más posibilidades de sentirte plenamente realizado.
Llegar a acuerdos
Disfruta de un verano en pareja en base a acuerdos comunes. Establecer pactos propios para este tiempo, una época en la que la rutina habitual se transforma gracias a un ritmo pausado y relajado. Además, es muy importante que evites la idealización estival tan típica de la época adolescente y mires a tu pareja con el realismo de saber que ambos seguís siendo los mismos de siempre.
Establece tres objetivos de pareja
En tus vacaciones de trabajo es cuando puedes concentrar más atención al amor. Pero además, en ausencia del estrés laboral, tu estado de ánimo también está mucho más receptivo el romanticismo. Convierte este punto en un estímulo a tu favor. No confundas el relax del verano con una especie de letargo emocional. Tu vida continúa y en este escenario que crea una predisposición hacia la felicidad, puede generar nuevas posibilidades de evolución en tu pareja.
Comparte planes de ocio sencillos con tu pareja pero que sean un punto de partida hacia el romanticismo de estar a solas. Elabora una lista de cinco planes diferentes que te gustaría compartir con tu pareja durante este verano.