¿Cómo diferenciar el amor del apego afectivo?

El universo psicológico es tan complejo que una persona puede creer que ama a otra de verdad de un modo desinteresado, cuando en realidad, es víctima de la dependencia afectiva. ¿Cómo saber si tú experimentas esta confusión? En Son Pareja te damos las claves.

La dependencia es sufrimiento

Cuando una persona está con otra desde este plano de la relación, sufre constantemente incluso por las cuestiones más intrascendentes. Cualquier situación puede producir una sensación de alarma, amenaza o ruptura de la relación. Es decir, mientras que el amor real produce mucha alegría, por el contrario, la dependencia aporta mucha tristeza.

La dependencia nace del miedo

¿Qué miedo en concreto? El temor a la soledad. Desde esta perspectiva, una relación se convierte en una huida para tapar carencias internas. Por el contrario, el amor nace de esa esperanza de crear un microcosmos de libertad entre los dos. Un universo personal que propicia el crecimiento de ambos, la evolución consciente y el desarrollo vital. Una persona dependiente sufre constantemente con la idea de la ruptura o el abandono, por el contrario, una persona que está enamorada asume que eso puede pasar, pero no se obsesiona con este punto porque sabe que si ocurre, será capaz de afrontarlo.

Nada es suficiente

Esta es una característica habitual de la dependencia. Una persona dependiente siempre quiere compartir más tiempo con su pareja. Tanto que esto puede restarle oportunidades de relación con otras amistades. La pareja lo es todo a costa de sacrificar el tiempo dedicado otras muchas personas o proyectos importantes.

Alerta ante el mañana

Una persona con dependencia afectiva vive con angustia el futuro de la relación porque la incertidumbre le roba la paz de ánimo. Por el contrario, una persona que ama de forma libre, se centra principalmente en el presente.