Cómo comenzar una terapia de pareja


La sociedad actual cambia, las familias cambian, las personas cambian, los sentimientos cambian, en esta vida no hay nada estable. La emancipación de la mujer y su ingreso al mercado laboral, entre otros factores de progreso social, han modificado la estructura tradicional, y por lo tanto los roles en la pareja. Por eso, las parejas son capaces de enfrentarse a los conflictos, modificar lo necesario y salir fortalecidas. Pero si esto no sucede o las crisis se repiten casi sin interrupción, es necesario buscar soluciones por otras vías. Presta atención a estos consejos y acierta al momento de consultar a un especialista.

No esperes a que sea demasiado tarde. Uno de los errores más frecuentes se basa en que la pareja acude a un profesional cuando ya no hay solución al conflicto. A veces no hay marcha atrás en una relación, el daño es irreversible, para evitar eso es necesario anticiparse al desenlace de la separación, aprendiendo a reconocer los primeros indicios del problema. Ten como parámetro y señal de alarma el sostenimiento en el tiempo del mismo conflicto.

Acude a la consulta. Cuando la pareja evidencia altos niveles de insatisfacción en el manejo de la vida cotidiana, en la comunicación, en la toma de decisiones, en la sexualidad, y en el cuidado de los hijos, es necesario tomar una decisión.

Pide ayuda para recomenzar el diálogo. Es frecuente que las parejas, ante situaciones conflictivas, generen un círculo vicioso que gira en torno a cerrar los canales de comunicación, cuyas conductas principales son la agresión, el silencio y la indiferencia. Solamente el diálogo puede corregir una relación deteriorada. Para ello, tanto tú como tu pareja necesitarán de la ayuda de un especialista para fortalecer la comunicación y poder aprender distintas habilidades de resolución de problemas.

Elige un profesional. Es cierto que no existe una fórmula mágica para encontrar al profesional ideal, existen algunas sugerencias que pueden ayudarte en la elección. Investiga los diferentes dispositivos terapéuticos que emplean los profesionales, si preferís a una mujer o a un hombre como terapeuta, los honorarios de la terapia, el horario de consulta y formas de pago.

Disipa la ansiedad. Tal vez hayan pasado años en llegar a la situación actual, los conflictos se arrastran en el tiempo sin solucionarse del todo. No es momento de apuros. La duración de cualquier tratamiento depende del problema a tratar. En ocasiones es suficiente con algunas sesiones para “acomodar las cosas en su lugar”, en otras es necesaria una terapia más profunda. Es importante dejar de lado la ansiedad y las fantasías de soluciones fugaces, ya que un tratamiento lo constituye el paciente; no el terapeuta.

Evita hablar constantemente de la separación. Es frecuente que el fantasma de la separación y la angustia que implicaría la pérdida de la persona amada, paralicen a los integrantes de la pareja en el momento de tomar la decisión de enfrentar un problema. Sin embargo, en ocasiones, separarse es casi más sencillo que resolver el conflicto que se ha generado. Aprende a pedir ayuda cuando la necesites. Lo importante es salvar tu pareja si realmente es con la que quieres pasar el resto de tu vida.

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