El síndrome del nido vacío puede afectar de igual forma a las madres y a los padres. Se trata de la dificultad que en ocasiones tiene la mente para aceptar la nueva realidad: los hijos se van de casa, se independizan y se van a vivir con la pareja o a un piso compartido. En ese momento, el hogar marca un nuevo escenario personal, es decir, los padres se quedan solos en el domicilio conyugal. Un domicilio en el que durante muchos años hubo mucha gente y ahora, parece que es inmenso únicamente para dos personas. Aquí tienes algunos sencillos consejos para poner fin al síndrome del nido vacío.
En primer lugar, ahora que tu casa está más vacía, tienes más libertad para poder organizar planes con invitados. Puede ser la ocasión perfecta para tener reuniones familiares y hacer también comidas con amistades. En plena crisis económica, este tipo de ocio está cada vez más valorado por lo económico que resulta. Por otra parte, aunque tus hijos se hayan ido de casa, no significa que les hayas perdido. De hecho, en la medida en que ellos tienen su autonomía y su independencia, la relación puede mejorar en positivo.
Por supuesto, una vez que los hijos se van de casa ha llegado el momento de afrontar una realidad que tal vez, has estado ignorando. No es bueno centrar todo tu mundo en cuidar de otras personas sin cuidar de ti. Por ello, ahora tienes que escuchar tus deseos para saber qué quieres hacer de verdad en tu vida. Nunca es tarde para empezar de nuevo.
Muchas parejas se sienten extrañas cuando viven el síndrome del nido vacío. En ese momento, ha llegado la hora de reconquistar a la pareja. Este proceso de reconquista te ayudará a sentirte joven y vital.