Una historia de amor crece de un modo cíclico de una forma positiva cuando se afianza a lo largo del tiempo. Las cinco etapas de la una historia de amor muestran el proceso de consolidación de ese sentimiento inicial. Esta es la línea del amor.
Ilusión
Te ilusionas con alguien que despierta tu curiosidad. Sientes curiosidad por conocer todos los detalles de la vida de esa persona. Y esta ilusión influye de un modo positivo en todos los ámbitos de tu vida. Es decir, incluso, en el trabajo.
Enamoramiento
La ilusión da lugar al enamoramiento que viene acompañado de síntomas habituales como el nerviosismo de las mariposas en el estómago, el placer de mirar a la otra persona a los ojos, las ganas de compartir tiempo en común.
Inicio de la relación
Dos personas no son pareja por el simple hecho de haberse ilusionado. Hace falta algo más para poder considerar el inicio de una historia como realmente significativo. El inicio de la relación es ese momento en el que la pareja se siente cómoda en este rol no solo ante sí misma, sino también, ante la sociedad.
Desidealización
En toda historia de amor se produce un momento en el que ambos se dan cuenta de que la otra persona no es tan perfecta como habían imaginado. En este punto, te das cuenta de cuáles son los defectos de tu pareja. Y esto puede dar lugar a una pequeña situación de crisis.
Evolución consciente
En una historia de amor madura, también se produce una evolución consciente por parte de la pareja. Es decir, cada uno evoluciona de un modo positivo no solo en el seno de la relación, sino también, de un modo individual. Cada uno está llamado a ser su mejor versión a partir de la felicidad de amar y ser amado.