La Navidad es una de las épocas del año en las que no todo es felicidad. Existen discusiones que se repiten año tras año en distintos hogares. ¿Cuáles son los motivos de enfado habituales en estas fechas?
Distinto orden de prioridades
Pueden surgir preferencias diferentes en la forma de vivir estas fiestas a partir de unas expectativas también distintas. Esto es algo que puede ocurrir incluso cuando anteriormente ambos habían coincidido en su filosofía navideña.
Presupuesto de gasto
La Navidad afecta al plano económico que también puede ser motivo de discusión puesto que las compras producen consecuencias en el ámbito emocional. Por ejemplo, los regalos y los gastos extra propician la resaca financiera de la cuesta de enero.
Temas pendientes de resolver
Es en el periodo de vacaciones marcado por una mayor convivencia cuando surgen asuntos pendientes de resolver entre ambos. En ese caso, el inicio de la discusión puede nacer de una cuestión aparentemente insignificante que apunta a un trasfondo más complejo.
Esta realidad coincide con un momento de balance personal contextualizado en este periodo de fin de año que invita a la visualización del próximo año desde la motivación del cambio y la mejora constante.
El pasado vuelve al presente
A pesar de que cada día es único, las situaciones repetidas que se producen en la Navidad de cada familia pueden hacer que las parejas también vuelvan a discutir, precisamente, por esas cuestiones que siempre ocurren y ante las que adoptan una predisposición negativa cuando se agota la paciencia.
Visión ideal de la Navidad
El estereotipo de la perfección y la bondad en Navidad conduce a la idea de creer que las personas cambian por el simple hecho de estas en estas fechas. Sin embargo, esto no ocurre en el cuento de la vida real. Interpretar de este modo la magia de este tiempo significa alimentar una frustración inevitable.