Cinco características de las personas románticas


El romanticismo es una cualidad del carácter que puede ser más o menos permanente. En ocasiones, los desengaños de la vida, van matando esa predisposición a creer en el amor de color de rosa. ¿Cuáles son las cinco características más frecuentes en los corazones románticos?

Creer en el destino

Las comedias románticas son un claro ejemplo de esta creencia en la que el destino es un componente casi mágico para quien interpreta la realidad desde la perspectiva de la predestinación. Las personas románticas tienden a creer que estaban destinadas a encontrarse en algún momento. Serendipity, película protagonizada por John Cusack y Kate Beckinsale basa su argumento precisamente en esta idea.

Expresiones de amor

Las personas románticas lo son, no solo en actitudes sino también, en palabras. Las frases de amor forman parte del discurso afectivo de personas soñadoras para quienes decir «te quiero» es una necesidad emocional y un deseo constante.

La emoción es pasión

Viven la emoción con mucha pasión, el sentimiento roza el plano de la idealización. Buscan el modo de aportar toques distintos a la rutina a través de detalles que ponen el punto romántico a un día normal. Por ejemplo, un mensaje de whatsapp con una promesa.

Sueñas con el amor para siempre

Las personas románticas son soñadoras, proyectan el futuro, visualizan planes compartidos en pareja. Tienen un mundo interior muy rico, es decir, hacen una interpretación de la realidad centrada en los detalles. Y sueñan con la idea de encontrar a ese alguien especial con quien compartir el resto de su vida.

El amor lo puede todo

Este mensaje muestra otro de los lemas típicos de una persona romántica. El amor lo puede todo gracias a la fuerza del corazón que es la base del romanticismo en estado puro. Una exaltación del sentimiento que es más prioritaria incluso, que la razón para quien el romanticismo es casi como una vocación existencial. Evidentemente, existen distintos grados de romanticismo y también, etapas personales. Sin embargo, hasta el romanticismo, como todo, conviene ponerlo en su contexto para que siempre vaya acompañado de la razón.

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