Existen personas que tienen pareja, y sin embargo, dentro de sí mismas tienen una enorme sensación de vacío. Ese vacío se toma como una tristeza, y lo que es peor, como la sensación de estar renunciando a un amor mejor, más pleno y real. Se trata de un síntoma de falta de enamoramiento, sin embargo, en ocasiones, no se rompe con la pareja por miedo a no encontrar a alguien especial, por temor a hacerle daño o por pura rutina y monotonía. En esencia, muchas personas se acomodan en su relación y no escuchan esos deseos internos.
En esencia, incluso las parejas que son felices al cien por cien y viven en armonía, deberían tender a trabajar cada día su relación para estar mejor. A través del cuidado de los pequeños detalles, apostando por la generosidad, dejando de lado la vanidad, cuidando la comunicación, luchando por fomentar el romanticismo que va en contra de todo individualismo…
En el plano opuesto de esta situación, tienen que aspirar a una relación mejor y no conformarse aquellos que viven una relación llena de faltas de respeto y de dolor. El amor no es sufrimiento, todo lo contrario, el sentimiento pleno es aquel que te causa felicidad y bienestar. Por ello, todos aquellos que hacen frente a un proceso de este tipo, tienen que pensar en sí mismos y en que merecen algo mejor. Es mejor estar solo que mal acompañado por ello, aspiran a algo mejor, aquellos que tienen una buena autoestima porque saben que el amor es un regalo y una oportunidad de crecimiento personal.
En general, aquellos que no se conforman con lo que tienen, sufren una lucha constante entre corazón y razón. Una batalla que finalmente, debe ganar el pensamiento que te dice la verdad sobre tu situación presente.