La violencia contra la mujer no debe centrarse solamente en la agresión física, sino también debe incluir los micromachismos, acciones y maniobras que algunos hombres usan para mantener o recuperar el dominio. Los micromachismos se producen en el ámbito de la familia y por tanto también de la pareja. Son una serie de prácticas cotidianas, a veces imperceptibles por los demás, son un tipo de agresiones que comienzan de manera sutil, a veces desde el noviazgo, en ocasiones basta con una mirada o con alguna palabra hiriente.
Estos comportamientos incluyen pequeños abusos y violencias que atentan contra la autonomía de la mujer. Algunos hombres buscan imponer sus criterios y puntos de vista sin llegar a acuerdos, algo que limita la moral sobre la compañera. Estos micromachismos ocasionan efectos dañinos en las mujeres y en las relaciones familiares. Los varones quedan atrapados convirtiendo a la fémina en adversaria, rompen el vínculo con su pareja y en lugar de afecto muestran resentimientos.
Se suele emplear la fuerza moral, psíquica, económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar y anular a la mujer. Como todas las agresiones contra la mujer, la víctima debe darse cuenta de que está inmersa en un círculo vicioso y romperlo. Lo importante es que la mujer rompa el silencio y exija sus derechos. Nadie puede privarte de realizar acciones libremente. No soportes que el hombre se crea el que siempre domine la situación. Tu también tienes mucho que decir. Aunque seas su pareja, es tu vida, no la suya.
antonio, mete la cabeza en el horno, anda.
has leido el articulo? y aun asi te quedas tan tranquilo con semejante comentario?