Es uno de los pasos necesarios, no tanto para superar la ruptura de pareja, sino para invertir en acciones constructivas para la propia vida. Es más constructivo mirar al pasado no como consecuencia de la añoranza sino con la perspectiva del aprendizaje que aportan las lecciones de vida conscientemente asumidas. La autocrítica significa asumir las propias decisiones como potencialmente equivocadas o mejorables. ¿Cómo hacer una sana autocrítica?
Céntrate en ti
En muchas ocasiones, las personas se centran en culpar al ex y en victimizarse. Sin embargo, en casi todos los casos, es posible extraer conclusiones sobre las actitudes propias. Por ejemplo, un motivo de autocrítica es reflexionar sobre el motivo por el que se ha prolongado en el tiempo la relación cuando ya existía insatisfacción personal.
Para incrementar la introspección es recomendable encontrar espacio de silencio, pasear por entornos naturales, mirar al pasado desde la perspectiva presente con el propósito de la superación y no de la culpa. La persona puede realizar el análisis DAFO aplicado a su historia de amor, enumerando las posibles debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
Mirar el pasado con amor
Hacer autocrítica no significa querer destruirlo todo sino diferenciar aquellas acciones y hechos que fueron positivas de aquellas partes del amor que pudieron haberse evitado o que no fueron gratificantes. Significa mirar la historia tal y como fue para dar el salto a como te gustaría que hubiese sido y qué hubieses podido poner de tu parte para que las cosas fuesen así y no de otro modo.
Rescata en tu memoria aquello que realmente merece la pena ser conservado en el recuerdo y tira al contenedor de la basura emocional todo aquello que sobra pero con la perspectiva de no volver a tropezar en la misma piedra. Puedes anotar tus reflexiones personales sobre este desamor en tu diario, te ayudará a poner tus ideas en orden.