Algunas experiencias dejan una huella profunda en la mente y el corazón (el amor es la suma de razón y sentimiento). El amor verdadero produce un punto de inflexión en la vida personal, es una experiencia que conecta de forma directa con la memoria de un recuerdo agradable. El impacto psicológico del amor correspondido es mayor todavía en aquellas personas que habían perdido la fe de encontrar un final feliz y compartir su vida en compañía. Quienes han sufrido experiencias sentimentales poco positivas también pueden experimentar un mayor impacto emocional ante la felicidad de ese amor correspondido que también viene acompañado de dudas en un primer momento.
Abrir los ojos ante una nueva realidad
La felicidad también puede producir inquietud como muestra el vértigo de que todo sea un espejismo y en algún momento, la historia experimente un giro.
El amor es un sentimiento que por esperado que sea, siempre muestra sensaciones distintas a las que se habían imaginado previamente. Es decir, el amor sorprende ya que irrumpe en la vida de los protagonistas en el momento más inesperado sin que los protagonistas de la historia hayan decidido absolutamente todos los detalles de la misma.
Compartir la vida en compañía
El impacto emocional del amor correspondido viene acompañado por ese subidón de autoestima que aporta, el deseo de vivir el presente, la ilusión por conocer más a la otra persona, la percepción de que la vida es más bonita todavía. El amor verdadero aporta serenidad y paz interior, dos de los sentimientos más importantes en la receta del bienestar.
El enamorado se siente afortunado por compartir su vida con alguien que le aporta tantas razones de felicidad: una persona en la que confía de un modo incondicional, por la que se siente querido y aceptado, alguien a quien admira por sus virtudes.