Uno de los sentimientos que puede experimentar quien ha sido abandonado en una relación y se posiciona en el rol de víctima es la autocompasión. Un sentimiento que lejos de ayudar a superar la ruptura potencia la tristeza en esta nueva etapa. Existen actitudes de autocompasión que se visualizan más fácilmente a través de ejemplos concretos. La persona experimenta lástima por sí misma, vincula el rechazo amoroso con su propia autoestima como si no fuese una persona digna de amar y ser amada. Algunas personas llegan incluso a culparse por lo sucedido poniendo sobre sus hombros el cien por cien del peso de la responsabilidad en la ruptura. La persona se queda anclada en lo que ha pasado, construye una interpretación de los hechos que no se ajusta al cien por cien a lo que ha sucedido.
Necesidad de recibir atención
Uno de los síntomas de autocompasión posible en una ruptura de pareja es convertir este hecho en un monotema en las conversaciones con los amigos ante la urgente necesidad de ser escuchado. Sin embargo, esta necesidad de atención es tan alta que la persona también puede experimentar insatisfacción en la amistad al sentir que los amigos actúan con cierto desinterés.
Miedo al qué dirán
Un síntoma de autocompasión es el desasosiego que puede surgir de modo habitual ante hechos sencillos de la rutina cotidiana. Por ejemplo, cuando llega el momento de afrontar en solitario planes que hasta ese momento se llevaban a cabo en pareja. Y sin embargo, la persona realiza juicios negativos a partir de su soledad. Pensamientos negativos que le llevan a creer que no puede pasárselo bien en soledad. O incluso, la evitación de hacer ciertos planes en solitario por temor a qué dirán los demás. Por ejemplo, algunas personas se sienten incómodas al ir al cine sin compañía.