El primer año de noviazgo está marcado por las emociones constantes: nervios, mariposas en el estómago, sensación de plenitud al estar con la otra persona, deseos de estar las veinticuatro horas del día juntos… Sin embargo, después del primer año, esas emociones caen, las cosas ya no tienen la misma intensidad. A partir de ese momento, se inicia la fase de apego en el noviazgo, es decir, esa etapa en la que dos personas se acostumbran la una a la otra porque están muy buen juntas, y siguen formando un vínculo muy especial.
En el primer año de noviazgo, todo fluye de una forma muy natural en medio de tanta emoción que hace que todo sea mágico. Sin embargo, después de ese momento, es importante que las personas hagan el esfuerzo de una forma consciente de generar ese romanticismo proponiendo planes nuevos o cuidando la relación de una forma especial.
No confundir el apego con la costumbre
El apego no tiene nada que ver con la costumbre o con la rutina. El apego muestra la inteligencia del corazón humano que quiere estar cerca de esa persona que le hace bien, le aporta estabilidad, confianza y autoestima. La fase de apego, por darse también en las primeras etapas del noviazgo, es muy especial.
Uno de los síntomas que muestra que una persona tiene apego hacia ti es que tiene ganas de hacer planes contigo, quiere verte, te incluye en su vida, y desea hacerse un hueco en la tuya.
Cómo cuidar de una relación de pareja
Para cuidar de una relación de pareja, en primer lugar, sé tú mismo y respeta también, el modo de ser de la otra persona. No reduzcas toda tu existencia a la relación de pareja, es importante que cultives tus amistades, tus relaciones familiares y tu propio espacio.