En la amistad, los verdaderos amigos son aquellos que están a tu lado en lo bueno y en lo malo, es decir, que intentan ayudarte en la dificultad. En los buenos momentos se tienen muchas amistades, mucha gente alrededor, sin embargo, en una situación de tristeza ya no queda tanta gente que merezca de verdad la pena. El dolor implica un compromiso, una dedicación, por ello, hay que querer mucho a una persona para seguir ahí. ¿Cómo puedes animar a un buen amigo cuando está triste?
En primer lugar, con tu presencia. Alguien que siente un vacío interno necesita de personas que a nivel externo, le muestren su valor y que es importante. Dependiendo del grado de tristeza, la otra persona puede que ni siquiera tenga ganas de hacer planes, en ese caso, es mejor buscar opciones tranquilas. Es decir, en vez de invitarle a un plan de grupo, es mejor quedar a tomar un café con él, dar un paseo o ir al cine para ver una película (en ese caso, mejor optar por una comedia que por un drama).
Un amigo que está triste necesita desahogarse y repetir una y mil veces aquello que le sucede. Está claro que esto también puede resultar agotador para quien escucha. Pero durante los primeros días, la persona no puede evitar hablar de aquello que le afecta en primera persona. Trátale con cariño y ten paciencia.
No intentes forzar su evolución desde fuera ya que cada uno tiene su ritmo. Tampoco intentes ser el salvador de esa persona ya que nadie puede ayudar desde fuera tanto como una persona puede influir sobre si misma en positivo o en negativo. Cuando tengas un amigo que atraviesa una dificultad, intenta practicar la empatía recordando un momento en el que tú también, te hayas sentido mal.
Es verdad. La empatía es lo mejor que hay para saber escuchar sin juzgar.
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