Pedir una cita es una decisión habitual en la vida y es que, no sólo pides el teléfono del chico o de la chica que te gusta, sino que también, es positivo que te arriesgues a conocer gente nueva, que quieras hacer nuevos amigos, incluso, dentro del entorno laboral. Tener un tejido social amplio alrededor te ayuda a sentirte integrado en la sociedad, y además, te permite saber que eres una persona especial que puedes aportar muchas cosas buenas a aquellos que te rodean.
¿Cómo puedes pedir una cita sin exponerte demasiado? En primer lugar, es importante empezar con planes sencillos que no agobien al otro porque podría asustarse. En general, algo tan sencillo como quedar a tomar un café es lo mejor. Por otra parte, debes estar preparado para que te diga que no, en caso de que así suceda, puedes decirle que si cambia de opinión puede contar contigo. Se trata de aceptar el no de una forma asertiva sin sufrir por el rechazo.
Lo mejor es pedirle a la otra persona quedar directamente en un conversación presencial, así hay más naturalidad y puedes ver su reacción al mirarle a los ojos. Algo que no puedes hacer en caso de que dicha petición se produzca a través de un mensaje de teléfono móvil o de correo electrónico.
Para iniciar una conversación con una persona a la que acabas de conocer debes recurrir a conversaciones y temas muy sencillos. Se va profundizando en la medida en que se conoce más al otro. Por otro lado, cuando propongas una cita a una persona, intenta mostrarle los puntos positivos del plan. Así te será más fácil llegar a convencerle. Tal vez seas una persona muy tímida y te dé mucha vergüenza pedir una cita, sin embargo, con un poco de práctica te sentirás más libre.