La comunicación es básica en cualquier relación, sin embargo, no siempre somos conscientes del poder de la palabra. Por ello, merece la pena aprender a enfocar siempre las conversaciones de una forma positiva y también efectiva. Pero a la vez, es esencial apostar por entender que entre emisor y receptor, a veces, existe todo un mundo de por medio en el que intervienen el estado de ánimo de ese momento, la subjetividad, los valores, las creencias personales, la autoestima… ¿Qué significa esto? Sencillamente, que no siempre aquello que decimos es lo mismo que el otro entiende.
Por esta razón, en una conversación cuando intentas transmitir algo importante al otro es mejor que seas conciso y breve. De hecho, el propio lenguaje muestra que no necesitas dos mil palabras para expresar tu cariño al otro. Existen dos palabras que pueden con todo: «Te quiero». Por otra parte, a la hora de evitar los malentendidos, siempre es bueno tener sentido del humor e ironía. Poder reírte en común junto al otro.
Haciendo balance de la comunicación en pareja es indispensable poder pronunciar muchas más palabras positivas que negativas a lo largo del día. Es decir, deja en un segundo plano la queja, la protesta y todo aquello que a tu pareja le puede hacer sentir mal. Si quieres motivarle, entonces, dile siempre todo lo que aprecias en ella, sus virtudes, los rasgos que admiras y que te gustan.
Los malentendidos solo son eso, cuestiones que pueden resolverse muy pronto de una forma sencilla haciendo el planteamiento adecuado de la situación o del problema. Pero a veces, los enredos del lenguaje que hay detrás de un problema son mucho más difíciles de resolver en un primer momento.