Después de compartir la vida durante algún tiempo, ya sea en una relación de noviazgo duradero, o casados, la pareja se siente cómoda y da paso, a malos momentos de libertad en los que expresa sus malos momentos casi sin pensárselo. Con la excusa de que estando juntos todo está ya permitido, pueden surgir las peores peleas en una relación de pareja. Si estas peleas se convierten en una constante pueden producir un gran distanciamiento e incluso la ruptura.
Es muy importante analizar por qué ella o él, se siente iracundo o se deja llevar por las malas formas. Habitualmente se molestará por casi nada o criticará constantemente cualquier cosa. Algo muy importante es sincerarse consigo mismo y hablarlo entre ambos. Un mal carácter puede dar lugar a una ira que le hará enfadarse por casi todo.
Existen pequeños trucos para controlar la ira en las relaciones de pareja, ideales para quienes, por su modo de ser habitual, no logran dejar de molestarse por todo y lo han llegado a asumir de manera natural. Uno de los trucos más conocido es contar hasta 10 sin enfadarse. Cuando algo en casa no satisface, por ejemplo algo tan trivial como la hora de servir la comida, es mejor contar hasta 10 y respirar profundo.
Otro truco es hablar. Ten cuidado porque hablar cuando se está enfadado u ofendido puede llegar a ser más problemático. Deja pasar un tiempo y relájate pero no dejes de hablar del asunto con tu pareja cuando estéis calmados y dispuestos a enmendar o buscar juntos la solución a esa ira que parece llegar de la nada.