Las discusiones de pareja, en ocasiones, evidencian la insatisfacción relacionada con algún aspecto. Y el discurso adquiere la forma de quejas, críticas y reproches. Estos conceptos pueden parecer idénticos, pero no lo son. Existen matices que conviene valorar para mejorar el diálogo en la resolución de conflictos.
Críticas en las discusiones de pareja
Las críticas muestran afirmaciones que se llevan al plano personal. Es decir, no remiten a un hecho externo descrito de forma objetiva, sino que estas palabras hieren a quien las escucha. Cuando una persona se siente criticada de forma habitual, no escucha claramente el mensaje del otro, porque su propio dolor le lleva a protegerse.
Las críticas suelen transmitir una mayor negatividad cuando están acompañadas por valoraciones absolutas. Así ocurre con aquellos mensajes que contienen la palabra siempre o nunca. Si alguien se siente criticado por su pareja, recibe un mensaje concreto: no se siente aceptado y cree que el otro desea que cambie.
Quejas en las discusiones de pareja
Cuando el número de quejas en una relación de pareja es muy elevado, esta información también produce un efecto negativo entre ambos. Sin embargo, las quejas sí son más positivas que las críticas por su propia naturaleza. Incluso cuando el mensaje puede ser similar, el foco es distinto en este caso.
Una queja describe un hecho o una acción de manera directa y, también, da voz a cómo hace sentir esa situación al protagonista. Por tanto, despiertan una mayor empatía en el interlocutor, ya que no se siente atacado. Una persona sí puede modificar aspectos que pueden mejorar de forma significativa la relación. Aspectos que pueden ser descritos de manera objetiva y realista.
En ocasiones, esos mensajes se presentan en forma de quejas. Sin embargo, conviene comunicar esa información a través de peticiones asertivas. No esperes que tu pareja adivine exactamente aquello que deseas a partir de una queja. Expresa claramente cuál es tu deseo.