El deseo de querer controlarlo todo choca con una realidad en la que existen múltiples factores que van más allá de tu voluntad. Este deseo resulta especialmente incómodo en una relación de pareja. El guion de este relato no solo depende de tus decisiones y de aquello que tú sientes. Ahora tienes un compañero de viaje y no sabes durante cuánto tiempo estará a tu lado. La incertidumbre es un ingrediente observable en cualquier ámbito de la existencia. ¿Cómo amar sin querer controlarlo todo? En Son Pareja te damos algunas ideas.
1. La necesidad de control te acaba controlando a ti
En una situación de este tipo se produce una paradoja que conviene tener en cuenta: tú no puedes controlarlo todo en el amor, sin embargo, cuando esta cuestión te preocupa en exceso, este pensamiento termina condicionando tu realidad. Tomar conciencia de esta cuestión puede marcar un punto de inflexión en tu rutina.
2. No alimentes un sufrimiento innecesario
Muchas de las previsiones de futuro que hace una persona cuando imagina aquello que puede ocurrir mañana, nunca se hacen realidad. Sin embargo, cuando existe un hecho que te inquieta, los sentimientos que experimentas en torno a esas circunstancias son muy reales, aunque esa situación no se haya producido. Sí la has imaginado y, por tanto, has traído a tu presente esa inquietud.
3. Recibe las sorpresas que la vida tiene para ti
El deseo de querer controlarlo todo tiene la intención de reducir al mínimo la improvisación. Cada enamorado interpreta la realidad desde su punto de vista. Pero existen creencias que son limitantes y, por tanto, limitan la capacidad de ser feliz. Pon el foco de atención en la sorpresa de la novedad.
Ama de forma consciente para influir en tus palabras de amor, en tu compromiso y en tus acciones.