La verdadera distancia en la amistad no se mide en kilómetros sino en la ausencia emocional. Cuando sientes que tienes un amigo ausente, que comparte poco presente contigo, puede ocurrir que le eches de menos y que sufras si interpretas este comportamiento como una forma de indiferencia. La realidad es tan compleja que ese amigo puede haberse distanciado por factores totalmente ajenos a la amistad en sí misma. Por ejemplo, un estilo de vida marcado por la ocupación profesional. ¿Qué hacer cuando un amigo se distancia?
Toma la iniciativa en la comunicación
En lugar de quedar a la espera de que esa persona contacte contigo en algún momento, puedes tomar la iniciativa de propiciar un nuevo encuentro o una conversación telefónica. Bajo la distancia aparente de muchas amistades existe la falta de comunicación de dos protagonistas que mutuamente sienten que el otro se ha distanciado. Al hablar con ese amigo, además, también es muy probable que tengas más información para saber qué está ocurriendo, poniendo fin a las posibles hipótesis en torno a este asunto.
Visión de contexto
Aunque la distancia preocupa cuando se interpreta como un punto de inflexión sin retorno, en muchos casos, este cambio de circunstancias está vinculado con un contexto temporal diferente. Por ejemplo, puede que las circunstancias personales de ese amigo sean distintas en este momento y ahora mismo no tenga la misma disponibilidad que antes para organizar planes. Intenta observar más allá de este tiempo.
Toma de decisiones
Cuando hayas reflexionado sobre esta situación y dialogado con esa persona tal vez tengas la motivación de tomar decisiones. En algún momento puede ocurrir que sientas que ha llegado el momento de despedirse de este vínculo. En otras ocasiones, puede suceder que observes la transformación del vínculo como una evolución que te aporta algo nuevo. Toma aquella decisión que te aporta paz y calma interior.