El sufrimiento duele. La experiencia de la vida te ofrece recursos importantes para no vivir con la misma intensidad una ruptura amorosa después de esa primera vez de desarraigo afectivo que te hace sentir tan vulnerable. El desamor siempre duele y deja huella. ¿Cuál es la diferencia respecto a ese primer desencanto? La experiencia aumenta tu nivel de resiliencia para responder con mayor esperanza ante la dificultad. ¿Cómo dejar de sufrir por desamor?
Pasa del plano de la mente al plano de la presencia
Cuando estás sufriendo, estás inmerso en el discurso mental de ideas y pensamientos en torno a esa situación que te afecta. Sin embargo, cuando estás en el plano de la presencia, activas la consciencia en el aquí y en el ahora. Puedes hacerlo por medio de la respiración consciente o la observación de un paisaje que te guste. Cuando estás en la casa del ahora, el sufrimiento se minimiza porque estás en el plano de la presencia.
Reencuentro contigo mismo
Cierra los ojos e imagina una situación real de este desamor. Intenta visualizarte a ti mismo, sintiéndote vulnerable por lo ocurrido. Desde el plano del presente intenta reencontrarte a nivel mental con aquella imagen con una actitud de amabilidad, acogida y empatía. Mantén un diálogo amable y constructivo con esa parte de ti mismo que está herida y, por tanto, necesita mensajes de amor y frases bonitas de esperanza.
Sonrisa consciente
En un desamor, puede que no te apetezca sonreír. Sin embargo, tienes la capacidad de regalarte una sonrisa de un modo consciente, incluso aunque no te apetezca. Y, entonces, cuando sonríes, tu cerebro recibe un mensaje que aporta bienestar a todo tu organismo. La sonrisa transforma tu estado de ánimo aunque sea por un momento. Para reforzar la información visual de la sonrisa, puedes sonreírte a ti mismo mientras te miras al espejo.