El concepto de dificultad es subjetivo, es decir, para cada persona adquiere mayor magnitud aquella prueba que tiene que superar como protagonista. Las decisiones complejas pueden producir una especie de bloqueo que lleva a la persona a aplazar la elección definitiva. En otros casos, la decisión viene con un mensaje de urgencia que no permite posponer ese instante porque la vida tiene su propia prisa en ciertas situaciones. ¿Cómo tomar decisiones difíciles?
Observa las consecuencias de la decisión
Cada elección tiene un efecto. No puedes predecir todos los elementos que se producen con posterioridad a una elección, sin embargo, sí puedes valorar algunos de ellos. Al tomar una decisión difícil con la certeza de saber que ese es el camino que deseas tomar, es importante que también asumas el desarrollo posterior de los acontecimientos como una parte inevitable de tu acción.
Pide consejo a personas importantes para ti
Eso no significa que otras personas tengan la respuesta definitiva a tus preguntas, sin embargo, tener otros puntos de vista puede ayudarte a plantear opciones que tal vez no habías contemplado en un primer momento. Confía en personas que te inspiran confianza y credibilidad.
Además de pedir consejo a personas de referencia para ti, también puedes consultar información sobre la temática del asunto que te preocupa a través de libros que tratan sobre esa cuestión. La documentación te aporta información de valor. Y esta fase previa puede ser una preparación para la acción desde la teoría.
Mentalízate
Tu mente puede ayudarte a impulsar este cambio si previamente ya observas en tu mente la esencia de este paso que vas a dar. Identifica cuáles son los motivos por los que has tomado esa elección partiendo de una premisa importante: el fin no justifica los medios.
Puedes tomar decisiones difíciles en relación con el amor, la amistad y el trabajo. Estas ideas pueden servirte de ayuda en tales circunstancias.