Los expertos siempre explican que la vida es más sencilla de lo que la hacemos en realidad. Es decir, la mente humana puede llegar a complicar mucho las cosas. Dar vueltas y vueltas sobre un problema o sobre una posible carencia no ayuda en nada a la hora de disfrutar del ahora. Existen personas que desde fuera, parece que lo tienen todo, y sin embargo, en esencia sufren y no son felices.
¿Por qué? Porque se adelantan al futuro, porque recuerdan hechos poco positivos del ayer, porque pueden vivir con miedo de perder algo que tienen, sufren porque su relación no es lo suficientemente perfecta… Pero es que la perfección no existe, o más bien, dicha perfección es subjetiva. Reside en la mente la clave del bienestar interior. Merece la pena aprender a vivir con confianza en uno mismo, en la vida y en el destino. Pero a veces, es el miedo el que lleva a una persona a impacientarse por no lograr esas metas que siempre ha deseado.
Relájate y disfruta de tu presente. Valora aquello que tienes y que otras personas no tienen. Desde la carencia se sufre mucho, en cambio, es más fácil vivir desde la esperanza de creer que las cosas pueden cambiar. Por otra parte, a la hora de valorar tu satisfacción con una relación de pareja merece la pena hacer el balance en positivo. Sabiendo apreciar las cosas buenas del otro, los momentos que compartís en común, el apoyo que te brinda…
Para vivir feliz el presente también debes dar un amplio espacio a la amistad. Dejar que tus amigos te sorprendan y que las personas te muestren que están ahí. Por supuesto, en esta escala de la felicidad, también ocupa un lugar prioritario, el trabajo y el éxito laboral. Por tanto, disfruta de tu vocación.