La amistad crea una circunstancia en cualquier tipo de relación. A veces, es posible observar esta realidad, únicamente, desde la perspectiva negativa. Pero existen instantes inolvidables en los vínculos de amistad verdadera que crecen y evolucionan con los años al compás de los kilómetros. ¿Cuáles son?
Reencuentros
Tal vez sean muy pocos a lo largo del año, sin embargo, la intensidad de esos reencuentros aporta al presente una nueva visión de ese vínculo. Los amigos experimentan el regalo de volver a verse incluso antes de esa fecha, mediante la expectativa que indica la cuenta atrás de un escenario que rompe con la rutina previsible.
A su vez, estos reencuentros que actualizan esta historia en la conversación presencial también se recuerdan con especial nitidez en la memoria. Reencuentros que muestran la evolución del cambio personal ya que aunque existen factores que permanecen también existen novedades respecto al último encuentro. Por ejemplo, novedades profesionales.
Comunicación a distancia
La amistad a distancia no solo se alimenta con los nuevos recuerdos creados en el escenario de los recientes reencuentros sino que la verdadera ilusión de este vínculo es que, más allá de los kilómetros, sientes la compañía de alguien que forma parte de tu vida no desde la ausencia, sino desde la presencia de las palabras, las fotografías y el sentido del humor que incrementa esta conexión.
Fechas especiales
Los protagonistas de una amistad a distancia sienten que no pueden improvisar planes de manera inesperada, pero intentan planificar su agenda para estar presentes en algunos de los momentos felices de la vida del otro. Por ejemplo, una boda. En otros casos, los reencuentros también quedan contextualizados a fechas señaladas del calendario, por ejemplo, la Navidad y las vacaciones de verano. Esas fechas especiales lo son todavía más gracias a la presencia de este gran amigo.