Tres mitos falsos de la amistad verdadera


La palabra amistad en la teoría es una cosa y en la práctica es otra distinta. En la idealidad de la teoría imaginamos relaciones perfectas sin un mínimo altibajo. En la práctica del vivir, habrás descubierto que las relaciones que de verdad han marcado tu vida son aquellas en las que existe verdad. Y cuando echas la vista al pasado, observas situaciones que tal vez no fueron tal y como hubieses deseado, sin embargo, la fortaleza de la amistad brilló en la adversidad. Existen tres mitos falsos de la amistad verdadera: ¿Cuáles son?

Los amigos están siempre allí

La realidad es que los amigos no siempre estarán allí. En ocasiones porque no pueden, en otras porque también tienen sus propios problemas y en otras porque tal vez, ni siquieras sean conscientes de lo que nos ocurre realmente. Evidentemente, un buen amigo se define por una presencia importante en tu vida. Pero eso no significa que si un amigo está más distante en un momento puntual y te defrauda, signifique que no es tu amigo de verdad porque no ha cumplido tus expectativas. Tal vez la amistad sea sinónimo de aprender a ser más flexible con dichas expectativas para comprender también las situaciones de los demás.

La amistad es para siempre

Habrá amistades importantes para ti que se prolonguen a lo largo del tiempo. Pero también habrá relaciones intensas y verdaderas que, en algún momento, terminan. Y eso no significa que tengas que dudar de su verdad, siempre y cuando el final de esa relación no se haya producido por un hecho que te ha hecho sentir traicionado o infravalorado como persona. A veces, la vida nos atrapa tan rápido con su inercia, que algunas relaciones van perdiendo fuerza de un modo gradual. Y sin embargo, dejan un recuerdo sólido en el corazón.

Los amigos se eligen

Este es otro de los mitos falsos de la amistad verdadera. Eliges a tus amigos solo hasta cierto punto. Tú no decides en qué momento van a surgir relaciones importantes en tu vida, con quién vas a tener afinidad y ese alguien también va a mostrar interés por conocerte a ti. Es decir, también podemos decir que es «la amistad la que nos elige a nosotros» y no al revés.

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