El dolor está producido por un hecho objetivo, el sufrimiento amoroso nace de la subjetividad que te lleva a recrearte en aquello que te ha pasado. Por tanto, con tu actitud, puedes minimizar el riesgo de sufrir de forma innecesaria. ¿Qué hacer para no sufrir por amor?
Tú tienes el control de la situación
Siempre tienes el poder de decidir, por ejemplo, si estás en una relación que te hace sufrir puedes tomar la iniciativa de romper. El sufrimiento se prolonga en muchos casos porque el propio protagonista se posiciona en la situación como si tuviese que seguir allí eternamente. Si tienes una relación con alguien que no te valora, y de un modo natural esto te hace sufrir, tú tienes el poder de romper.
Aprende a pedir
Nadie tiene el poder de leer tu pensamiento, por mucho que te quiera de verdad. Por esta razón, para evitar sufrimientos innecesarios es muy importante que aprendas a abrir tu corazón, expresando tus necesidades en cada momento. Muchas frustraciones se curan cuando mejoras la calidad de tu comunicación y clarificas cualquier duda.
Aprende de los errores
De poco sirven las experiencias negativas si no te ayudan a aprender, de lo contrario, corres el riesgo de volver a caer en esos puntos de bloqueo una y otra vez. Las experiencias de vida forman parte de tu historia, tú tienes que reflexionar sobre ellas. Aprende del pasado pero sin traer el ayer al presente. Este consejo es básico para que los desengaños no te condicionen en tu felicidad sentimental reciente.
No justifiques las falsas esperanzas
Es cierto que el amor te lleva al plano de la subjetividad, sin embargo, puedes ganar objetividad si empiezas a observar esas situaciones que te afectan de un modo externo. ¿Qué le dirías a un amigo que estuviese viviendo esa situación que tú afrontas como protagonista? Con esta simple reflexión puedes posicionarte mejor en el mapa de tu propia realidad.