Cada etapa del amor tiene un paisaje propio. La convivencia tiene instantes felices y otras dificultades que los protagonistas aprenden a gestionar a partir de la experiencia. ¿Cuáles son algunas de las posibles dificultades observables en este tiempo?
Ruptura de expectativas
Aquello que cada uno imaginaba respecto a la convivencia no coincide con esta visualización previa. Si la distancia entre lo imaginado y la realidad misma es notable, se produce una ruptura de expectativas que puede alejar al protagonista del presente.
Esta ruptura de expectativas es prácticamente inevitable desde la idealidad de interpretar este momento desde el punto de vista individual. La convivencia en el hogar se crea en común. Y cada persona es diferente. Las expectativas que nacen de la búsqueda de perfección producen un sufrimiento innecesario en la relación. Cuando te posicionas en la referencia de cómo te gustaría que fuesen las cosas, te colocas en el rol de la espera, en lugar de salir al encuentro de la realidad misma.
Organización
La organización puede hacer referencia a distintos objetivos. Por ejemplo, la realización de las tareas de la casa a partir de la elaboración de un cronograma colaborativo en el que ambos se implican. Existen conceptos que parecen claros y, sin embargo, cada uno tiene su propia interpretación.
Por ejemplo, el orden es un término al que cada uno concede una prioridad diferente. Esta organización también puede aplicarse a la programación de una rutina de pareja en esta nueva etapa de la convivencia.
Diferencias que se intensifican
Durante la convivencia en pareja aumenta el tiempo compartido en común, la rutina y la intimidad. Y es en este momento cuando diferencias que ya eran visibles anteriormente pueden adquirir una mayor visibilidad si fueron temas que se dieron por hecho o no se hablaron a tiempo.
¿Qué otras dificultades de la convivencia de pareja te gustaría añadir a estos tres puntos?