Disfrutas con intensidad tu soltería. No tienes que someterte a los horarios de ninguna pareja y afortunadamente has alcanzado enorme prestigio profesional que te proporciona independencia económica.
Durante tu dilatado tiempo de soltería has tenido la oportunidad de conocerte mejor a ti misma. Con tu antigua pareja vivías situaciones difíciles que no te permitían una mirada reflexiva hacia tu interior. En unos meses has incrementado tu autoestima y ya no sientes la necesidad de forzar circunstancias. Tu lema ahora consiste en “fluir con la vida”.
Cuando escuchas las consolidadas palabras “relación estable” te entran ganas de salir corriendo. Sin embargo, para hacer frente a los momentos de soledad que te invaden, te encanta lanzarte a la aventura en busca de un plan divertido.
¡Lo tienes claro! Te has planteado tu situación como una elección de vida. Y de sobra conoces los motivos que te han conducido a tomar dicha decisión: posees tremendos apegos hacia una relación que no conseguiste cerrar. El desamor está instalado en tus huesos y no crees que existan los “príncipes azules”.
Entre tus prioridades sociales está disfrutar de salidas o contactos con diferentes personas. Siempre estás dispuesta a enriquecer tu mundo. Es la ocasión perfecta de hacer “esas cosas” que siempre tuviste en mente y jamás pusiste en práctica.
Con el fin de salir de la rutina te has convertido en una aficionada a los talleres temáticos en los que casi siempre entablas interesantes conversaciones con los compañeros.
Gozar de la pasión es un tema que despierta en ti gran atracción. La soltería te permite explorar sexualmente tu cuerpo analizando tus puntos débiles y fuertes ¡Estás preparada para saborear una estupenda capacidad orgásmica! Como la picardía y la creatividad suponen para ti los pilares para una aventura fogosa, sueles comprar juguetes eróticos y de vez en cuando visitar algún sex shop.