Ser el segundo plato


Existen formas muy diferentes de ser el segundo plato de alguien, es decir, la segunda opción. Y además, en general, se trata de una opción que ni siquiera se valora porque se tiene como segura. Existen personas que inician una relación de amor con alguien, simplemente, por no estar solos. Pero en realidad, están enamoradas de alguien distinto, pero no pudo ser, y deciden conformarse. Cuando se inicia una relación así, detrás de este modo de actuar, existe una utilización casi consciente del ser humano.

Es decir, no existen intereses puros y nobles sino la propia conveniencia. Sin embargo, existen también otras formas de ser el segundo plato de alguien. Por ejemplo, en la amistad. Así sucede cuando alguien te avisa en el último momento para quedar porque se le ha anulado un plan con su grupo de amigos. O también, cuando alguien desaparece del mapa y no da señales de vida más que cuando le conviene porque se ha echado pareja.

Hoy día, la falta de tiempo también crea nuevas situaciones en las que alguien puede pasar a ser el segundo plato. Así sucede en el caso de aquellas personas que se rigen por el más puro apetecer, es decir, no pueden comprometerse con un plan, tienes que adaptarte a sus horarios, y prácticamente, pedirles perdón por robarles algo de su tiempo. ¿Qué tienes que hacer en una situación así? Valorarte y cortar el vínculo porque lo que perderás, será muy poco y en cambio, ganarás la tranquilidad de haber sido honesto contigo mismo, tener una buena autoestima y abrir la puerta de la libertad. No te quedes anclado a alguien por el miedo de no estar solo o porque parece que a nivel social, muchas personas se sienten presionadas por tener pareja. ¿Qué opinas sobre la idea de ser el segundo plato de alguien?

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *