Los problemas de pareja no son un acertijo matemático que una vez resuelto ya no se vuelve a pensar en él. En las relaciones, un problema puede tardar mucho tiempo en solucionarse y además, puede volver a aparecer cuando uno menos se lo espera. Las relaciones giran en torno a la naturaleza humana, que es algo sobre lo nunca se podrá saber mucho más. Uno de los problemas más habituales es la falta de comunicación.
Si no hay comunicación para transmitir lo que está pasando o cómo una acción en particular está perjudicando a la otra persona, nunca se puede mantener una relación cordial y fuerte. Esto puede ocurrir si una de las dos personas no es lo suficientemente madura para comunicarse abiertamente y tratar de resolver diferentes asuntos. Otro gran problema es el de la confianza.
La confianza es la base de cualquier relación. Una relación tiene que estar construida alrededor de esta, sin la cual no puede haber esperanza de que una relación consiga ser fuerte. Muchas personas tienen dificultades a la hora de confiar por anteriores problemas pero, hay que ser capaz de convencerlos de la lealtad que se les va a tener mediante diferentes acciones y palabras.
Por último, otro problema que puede afectar a las parejas pero que tiene solución es, la falta de espacio. No hay que agobiar a la otra parte. Hoy en día no todo el mundo tiene demasiado tiempo para compartirlo con otra persona. Cuando se consigue ese tiempo, no hay que ser extremista y llegar a agobiar a la otra persona.