Para la mayoría de las parejas, el primer encuentro con los padres del otro es un paso muy serio en una relación. Este paso se suele dar cuando ya se ha hablado el mantener una duradera y estable relación que, es posible, dure toda la vida. No es de extrañar que, la primera reunión con los padres sea una situación verdaderamente estresante para muchas personas.
Antiguamente, la aceptación de la pareja por parte de los padres era el objetivo principal para que la relación pudiera seguir adelante. Por suerte, en esta era moderna, el futuro de tu relación, probablemente no dependerá de la aprobación de tus padres. Sin embargo, no podemos qué negar que el que tu pareja le guste a tus padres hace que la relación sea mucho más fácil.
La desaprobación familiar puede hacer que surjan diferentes roces entre los dos. Si la mentalidad de los padres es muy tradicional, “ganarse” su aprobación puede ser mucho más difícil. Recuerda que la primera impresión es muy importante. No es que sea la que cuenta, como se dice normalmente pero, presentarse a una reunión familiar con dos copas de más o sin duchar no te hará ganar ningún punto a tu favor.
No se te ocurra presentarte a esta “batalla” sin prepararte. Habla con tu pareja sobre cómo son sus padres: que cosas les gustan, que religión profesan, etc. Ya sabes que existen temas potencialmente peligrosos en este tipo de encuentros que deberás intentar evitar, como por ejemplo la política o la religión. Intenta que tu pareja no te dé respuestas vahas y que te cuente historias para conocerles mejor. ¡Suerte!