Cuando el matrimonio atraviesa momentos de crisis, la falta de comunicación es continua y la «chispa del amor» se apagó repentinamente, se plantea el divorcio como solución.
Entonces surgen las dudas para llevar a cabo la separación ¿Cuál es el momento idóneo para el divorcio? Si atendemos a matices psicológicos el mejor momento es antes de que la pérdida del respeto mutuo se convierta en el “rey del hogar”. Si nos guiamos por épocas temporales también pueden fijarse unos meses propicios con el fin de que tal acción sea lo más conveniente para ambos.
La temporada veraniega (que comprende aproximadamente los meses de junio a septiembre en España) son la elección de muchas parejas fracasadas para dar el paso definitivo de ruptura. Por lo general, se disfruta de vacaciones y por lo tanto se dispone de más tiempo para preparar papeles, realizar la repartición de muebles, objetos, dinero…y sobre todo hacer lo posible para conversar y dejar fuera todo tipo de resentimientos. En caso de tener hijos en común evitar que éstos presencien situaciones delicadas en las que haya sido inevitable “no perder los nervios”. Por consiguiente, si los niños están de vacaciones, habrá que buscarlos actividades de entretenimiento fuera de la casa.
No es aconsejable un divorcio en época navideña. Se pueden confundir los sentimientos y caer en la tentación de una reconciliación que únicamente será pasajera.
Sobrevivir al divorcio implica separar las emociones de la lógica y estar seguro de que puedes pensar con claridad en el pasado, presente y futuro. Amar es entregarse por completo, querer vivir lo bueno y lo malo de la vida con la persona amada pero jamás hay que olvidar que nada es eterno que todo sufre transformaciones y lo que una vez pudo ser puro sentimiento ahora sólo atiende al nombre de Desamor.
Mariangel, a lo mejor es que vales poco, eres una constante decepción y te están tratándo mejor de lo que te mereces. ¿Te lo has planteado alguna vez?